- Su actuar, aliciente para seguir luchando en contra de la injusticia: Suárez Inda.
- El historiador nicolaita, Armando Mauricio Escobar Olmedo, desarrolla amplia investigación sobre el primer obispo de Michoacán y la plasma en “Don Vasco, el Oidor”.
Don Vasco de Quiroga, fundador del Colegio de San Nicolás Obispo, pensador y solidario humanista, que en su labor como oidor de la Segunda Audiencia Española, en tiempos de la colonización de América, sentó las bases de lo que la impartición de justicia debe ser en nuestros tiempos, externó el rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Medardo Serna González.
Durante la presentación del libro “Don Vasco, el Oidor”, realizada por el historiador nicolaita Armando Mauricio Escobar Olmedo, investigador y catedrático nicolaita, Serna González como presentador de la obra, elogió la labor llevada a cabo por el autor, quien tuvo que estudiar 120 mil fojas del archivo de la Península Ibérica para localizar la información que aludiera a la historia colonial de Michoacán y poblaciones vecinas, documentación microfilmada y depositada en el Ex Convento de Tiripetío de la Universidad Michoacana.
Don Vasco de Quiroga es un vínculo entre los michoacanos, apuntó el rector, porque une a instituciones muy diversas. En su visión de hombre adelantado a su tiempo ya presentía que sus ideales de igualdad y justicia, prevalecerían a través del tiempo como marco de una convivencia pacífica en nuestra nación.
Pese a existir una vasta bibliografía en torno al fundador del Colegio de San Nicolás Obispo, no se han podido agotar las facetas para estudiar a Vasco de Quiroga: como educador, filósofo, sacerdote, ecónomo, humanista y abogado.
En esta ocasión Escobar Olmedo pudo compilar información escrita por el mismo Tata Vasco, sobre su quehacer durante las audiencias en las que participó como oidor, para resolver conflictos de toda índole en la sociedad de aquellos tiempos, un trabajo encomiable y muy ilustrativo del carisma y humanismo del fundador de nuestra Casa de Estudios, dijo.
Medardo Serna reiteró el entusiasmo que para la comunidad académica nicolaita representa el trabajo de Armando Mauricio Escobar Olmedo, el cual refleja casi 40 años de estudios en torno a la figura de Vasco de Quiroga, lo cual corrobora la actividad sistemática de investigadores que, como el autor, buscan el bagaje histórico e identitario de la Casa de Hidalgo en vísperas del Centenario de creación con su perfil actual, de la Universidad Michoacana.
Esperamos que a esta obra “Don Vasco, el Oidor”, se sumen otras más que pongan de manifestó que el legado humanista del primer obispo michoacano, cuyo humanismo sigue firme y vigoroso en el imaginario colectivo de los nicolaitas.
Monseñor Alberto Suárez Inda, cardenal de Morelia al comentar la obra que fue presentada en la Sala de Cabildo del Ayuntamiento de Morelia en presencia de destacadas personalidades de la vida pública, así como varios ex rectores nicolaitas, expresó su agradecimiento al autor, apasionado de la figura de Vasco de Quiroga, “de quien orgullosamente soy sucesor en esta sede episcopal”, lugar que continúa siendo lo que don Vasco quiso: un centro de justicia, conciliación y promoción humana.
La pasión que el autor tiene al presentar en varias de sus facetas a Vasco de Quiroga tiene un fundamento en sus valores humanos, pero también en la misión extraordinaria que cumplió, prosiguió el prelado.
Hace tres años que tuvimos el privilegio de observar los restos mortales de Vasco de Quiroga, los médicos decían sorprendidos que fue un cuerpo muy sano y fuerte, porque después de 451 años de su deceso se conservan en forma admirable, recordó Suárez Inda.
Si fue robusto, fue también un gigante en su proyecto y en su labor, la forma como supo enfrentarse a la terrible injusticia que se estaba cometiendo en estas tierras, en tiempo de los conquistadores.
Vasco de Quiroga demostró que es posible revertir un clima y un ambiente de injusticia con la fuerza del Derecho, con su ejemplo y con su ternura, ese amor visceral y humano con el cual desempeñó su cargo de oidor, para ir en defensa de los más débiles, que habían sido objeto de injusticia y esclavitud. Al dar a conocer la figura de Vasco de Quiroga tenemos una oportunidad de seguir adelante para trabajar en contracorriente en un ambiente de injusticia que hoy impera en el mundo, concluyó.
En el turno, Armando Mauricio Escobar Olmedo, autor del libro, dijo que fue tal su impacto al conocer como historiador las diferentes facetas de Vasco de Quiroga, que decidió dedicar su trabajo de investigación durante décadas a descubrir “un mundo de grandeza oculta” en este personaje histórico, porque es necesario -dijo- que se sepa que es un hombre que merece ser traído en este tiempo porque es actual su filosofía y pensamiento.
Hizo pública la dedicatoria de la obra al cardenal Alberto Suárez Inda, como sucesor de Don Vasco de Quiroga, pero además, por ser él uno de los principales impulsores de la figura de Don Vasco de Quiroga al dar seguimiento a la causa que se sigue en la iglesia católica para su canonización, de allí que el tiraje del libro sea de tan sólo 80 ejemplares.
Aclaró que la obra tiene dos presentaciones impresas, una en la que monseñor García Murilo, arzobispo de Ávila, España hace una introducción, ya que el interés era compilar la actuación de Don Vasco como oidor como argumento para la canonización, y otra hecha por el titular de la Secretaría de Cultura de Michoacán, Salvador Ginori Lozano, editada con el fin de divulgar la figura de este prócer michoacano.
Relató el autor distintos momentos de su investigación y de pasajes de la vida de Vasco de Quiroga, resaltó que éste ilustre personaje dejó dos importantes herederos de su ideales humanistas y de servicio: a Miguel Hidalgo y José María Morelos, ambos formados en el Colegio de San Nicolás, del cual fue fundador, en donde su ideología quedó firmemente grabada en la mente y sus corazones, al punto que les llevó a iniciar un movimiento para independizar su nación y lograr una patria libre e independiente.
Para él, como investigación, la historia de su trabajo de vida comenzó entre viejos anaqueles del archivo general de Indias de Sevilla, donde estudió valiosa información sobre el acontecer de la naciente Nueva España, y lo relativo al obispado de Michoacán, además de otros documentos de Don Vasco.
Mediante una carta, monseñor Jesús García Murillo, obispo de Ávila, hizo llegar un mensaje sobre la edición del duque de Alba, que fue leído en voz alta durante el evento en donde opinó que “Don Vasco: el oidor” es una obra que permite tener la reproducción de varios documentos, en donde la fe cristiana no queda al margen de la realidad humana, sino que la perfecciona y la eleva, por ello el triunfo del empeño civilizador, sin tratar de españolizarlo, sino en un mestizaje.
Como anfitrión, el presidente municipal de Morelia, Alfonso Jesús Martínez Alcázar dio la bienvenida a los presentes y externó que su gobierno ha hecho un esfuerzo para detonar la expresión cultural en Morelia, abrir espacios donde la ciudadanía opine y conozca la historia que le permita sentar las bases para construir una nueva sociedad.
Hablar del legado de Vasco de Quiroga es hablar de la historia de Michoacán, comentó, su labor como oidor en la época virreinal, su búsqueda por favorecer a los pueblos originarios y darles un nivel de igualdad a través de los juicios de residencia, ayudó a frenar la injusticia.
Sin embargo, concluyó Martínez Alcázar, como sucede actualmente cuando una medida va en contra de quienes tienen el poder y se habla de participación de la sociedad, las críticas surgen para echar atrás el trabajo avanzado, así le ocurrió a Vasco de Quiroga, quien fue objeto de múltiples señalamientos por parte de quienes cometieron abusos y tropelías en contra de los grupos originarios.
La historia nos enseña, concluyó el edil moreliano, que quienes están en el poder no están dispuestos a dejar sus prebendas fácilmente.
Presentes en el evento, regidores y funcionarios del Ayuntamiento de Morelia, legisladores locales, académicos nicolaitas y los ex rectores de la UMSNH Salvador Galván Infante, Leonel Muñoz Muñoz y Daniel Trujillo Mesina.