Morelia, Mich., 06 de febrero del 2014.- El tiempo que toma el cerebro para tomar una decisión son 180 milisegundos, tiempo óptimo para que podamos percibir conscientemente cualquier modalidad sensorial que esté ocurriendo; sin embargo, si el cerebro no tiene el tiempo suficiente para hacer este procesamiento es imposible que se pueda tomar una decisión, consecuencia de ello son los accidentes e incluso el asesinato de una persona, este hecho hace que no haya asesinos culpables porque no actúan concientemente así lo aseguró el experto en neurofisiología de El Colegio Nacional, Ranulfo Romo Trujillo.
En su conferencia “Neurobiología de la percepción e incertidumbre en la toma de decisiones” impartida dentro del marco del tercer aniversario del Programa de Salud Mental de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), el doctor Ranulfo Romo dio a conocer que con base a experimentos que ha realizado, descubrió que las neuronas dopaminérgicas o neuronas de la percepción son fundamentales para la toma de decisiones; sin embargo, aseguró que a pesar de los estudios realizados aún estamos muy lejos de descifrar la experiencia subjetiva en las neuronas.
“Si bien tenemos acceso a la maquinaria biológica, a los procesos que están ocurriendo y los estamos decodificando con mucha presición y estamos encontrando el código neural no solamente de cómo se codifica la información sensorial, cómo se guarda en memoria y cómo se usa para tomar una decisión y cómo otros circuitos le dan valor a la información, estamos todavía lejísimos de responder una de las preguntas fundamentales y escencial: ¿Cómo se da en la actividad de las neuronas la experiencia subjetiva?”.
A decir del investigador, después de trabajar con primates en la relación directa que hay entre la actividad neuronal con las funciones cognitivas, a través de un sistema somotosensorial que consiste en dar pequeños toques en las manos de los simios bajo control de algoritmos computacionales que activan sensores cutaneos, se pudo apreciar que estas neuronas pueden general falsas alarmas ya que se encienden ante la incertidumbre del animal por saber si detecta o no algún toque. Como en el experimento, las falsas alarmas ocurren en la vida diaria provocando que se tomen decisiones equivocadas.
“Las neuronas se encienden siempre cuando en animal cree que sintió un estímulo que predispone a reportar algo que muchas veces no está ocurriendo en el medio externo, lo que indica que todos nuestros actos perceptuales no son más que una hipótesis que genera el cerebro acerca de la realidad y que los canales sensoriales sirven para corroborar o descartar esta hipótesis”.
Ante estos experimentos, Romo Trujillo afirmó que en no menos de 10 años las carreras de medicina tendrán que tener la materia de neuroprótesis porque actualmente ya se puede leer la actividad de las neuronas pero también se puede lograr que las neuronas generen una función.
Para culminar su ponencia, aseguró que la materia se transforma en imaginación y somos grupos de neuronas organizadas, conectadas entre sí en nuestro cerebro y que en su actividad temporal generan todos estos procesos que creemos que son realidad.
Finalmente el rector Salvador Jara Guerrero entregó un reconocimiento al ponente y le agradeció su presencia; a su vez y para concluir con este evento aseveró que realmente existe una parte de nuestro cerebro en donde se puede educar la fuerza de voluntad y el impulso neuronal.
“Una persona que no tiene entrenada la fuerza de voluntad tiene tiempos más cortos para tomar una decisión mientras que una persona entrenada puede ampliar mucho más el tiempo por lo que se tiene que educar a los jóvenes en sus circuitos cerebrales”, concluyó.
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