Morelia, Mich., 28 de mayo del 2013. A continuación, el texto íntegro de la conferencia impartida por el Secretario de Educación, Jesús Sierra Arias:
UNA RADIOGRAFÍA NUMÉRICA
Según datos del Sistema Nacional de Información Educativa, actualizado a noviembre de 2012, de los egresados de secundaria del ciclo anterior, el 99.5 por ciento ingresó a educación media superior en el presente ciclo escolar.
La matrícula nacional de este servicio educativo es de 4.3 millones de alumnos, el equivalente a 12.5 por ciento de todo el sistema educativo escolarizado y da cobertura a un 69.3 por ciento respecto a la población total de 16 a 18 años, con 15 mil 427 escuelas.
Según cálculos del CONAPO, en nuestro país, de cada 100 niños que ingresan a la primaria, sólo 50 concluyen sus estudios del nivel medio superior, 21 egresan de su instrucción universitaria y sólo 13 se titulan.
En Michoacán, la matrícula de estudiantes de educación media superior es de 145 mil 154 alumnos, atendidos por 9 mil 767 docentes en 628 escuelas.
Según el sistema de indicadores nacional, somos considerados una entidad con alta eficiencia terminal, de un 65.1 por ciento y una baja deserción, de un 12.3 por ciento. Estamos considerados como el sexto lugar con menor deserción en educación media superior en el país y el décimo lugar con mayor eficiencia terminal.
Dicho de otro modo, en Michoacán el porcentaje de alumnos que terminan su educación media superior dentro del tiempo establecido para ello es relativamente alto y el porcentaje de alumnos de este nivel que abandonan el sistema educativo durante el ciclo escolar o no se reincorporan es bajo.
En Michoacán, como a nivel nacional, el 99.5 por ciento de los estudiantes que egresan de secundaria se inscriben a una institución de educación media superior. Nuestra cobertura, sin embargo, entendida como la proporción de alumnos matriculados en un nivel educativo con respecto a la población que el CONAPO considera que existe en edad de ser atendidos por ese nivel es del 61.2 por ciento, que nos coloca en el lugar 29 a nivel nacional.
A nivel nacional, un 84.6 por ciento de los egresados de educación media superior en junio de 2012 se inscribieron a alguna institución de educación superior para el ciclo 2012-2013.
Hoy, la matrícula del país en educación superior es de 3 millones 161 mil 195 estudiantes, incluyendo a los de postgrado.
De la matrícula de educación superior, el 37.1 por ciento corresponde al sostenimiento autónomo, el 17.8 por ciento a los gobiernos de los estados, el 13.4 por ciento son atendidos en instituciones de sostenimiento federal y el 31.7 de la matrícula estudia en instituciones particulares.
La matrícula de educación superior en Michoacán es de 91 mil 248 estudiantes. 80 mil 315 estudiando una licenciatura universitaria o tecnológica, 6 mil 209 normalistas y 3 mil 728 estudiantes de posgrado.
Las cifras, elocuentes por sí mismas, no dejan de ser controvertibles, pero son un parámetro que nos permite conocer el suelo sobre el que estamos parados.
Bien lo dice el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, presentado el lunes de la semana pasada por el Presidente Enrique Peña Nieto, cito: “En el mundo se ha demostrado que los países que logran una apropiación social del conocimiento, aceleran el crecimiento económico en forma sostenida e incrementan la calidad de vida de su población. Es fundamental que México sea un país que provea una educación de calidad para que potencie el desarrollo de las capacidades y habilidades integrales de cada ciudadano, en los ámbitos intelectual, afectivo, artístico y deportivo, al tiempo que inculque los valores por los cuales se defiende la dignidad personal y la de los otros”.
Dicho de otro modo, no hay base más firme que la educación junto con el empleo, para el desarrollo de una clase media capaz de activar los aparatos productivos y fortalecer la estabilidad y el tejido social.
La historia de los países más competitivos ha demostrado, sin lugar a dudas, que un sistema educativo eficiente es soporte del desarrollo económico, que la investigación y el impulso estratégico de la ciencia y la tecnología puede estimular la productividad, impulsar la innovación y, sobre todo, evitar la fractura de las relaciones entre los individuos, entre las familias y entre las comunidades que se traducen en pobreza, marginación y delincuencia.
Sin embargo, al releer los datos duros, la frialdad de los indicadores nos obliga a reconocer que en México, existen importantes retos:
La escolaridad promedio de los mexicanos entre 15 y 64 años de edad es de 8.9 años, mientras que el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico es de 11.9 años.
Sólo el 36 por ciento de la población de 18 a 64 años ha cursado la educación media superior y sólo el 17 por ciento de esa población tiene educación superior; mientras en Chile esa proporción es del 71 y 27 por ciento; y en Estados Unidos del 89 y del 42 por ciento respectivamente.
La educación media superior con una matrícula de 4.3 millones de alumnos, atiende apenas al 69.3 por ciento de la población de 16 a 18 años; su eficiencia terminal es de 61.8 por ciento. En Estados Unidos el 90 por ciento de sus jóvenes acceden a la educación media.
Según la Encuesta Nacional de la Juventud 2010, en México alrededor del 21 por ciento de los jóvenes entre 12 y 29 años no asiste a la escuela ni tiene empleo, y la mayor parte de este sector está conformado por mujeres.
Según datos del Sistema Nacional de Información Educativa, durante la secundaria se incrementa de forma significativa la deserción escolar. Independientemente del sexo, entre los 15 y 17 años se presenta el momento crítico de la deserción escolar.
LOS DESAFÍOS
La brecha educativa y social que estos números reflejan es amplia y se vuelve indispensable disminuirla. Debemos entregar mejores cuentas, no pensando en un imposible buen éxito inmediato, ni esperando logros de pronto impacto en los indicadores nacionales e internacionales.
Hoy, México requiere de un proyecto de mediano y largo plazo, que permita resolver problemas estructurales, para paulatinamente impactar indicadores. Para ello el Estado mexicano debe mantener la conducción la educación y potenciar su capacidad de decisión central en la definición de políticas y reformas educativas.
Para impactar en la educación es necesario disponer de una política de Estado, lo mismo que de un esfuerzo nacional consensado y continuado, en el que concurran las autoridades educativas, las universidades, los investigadores, los docentes, las madres y padres de familia, los estudiantes y la sociedad en conjunto.
Enfrentamos actualmente un profundo rompimiento del tejido social. Esta circunstancia afecta severamente las relaciones entre la educación, la sociedad y el Estado. Con todo, la educación es el único camino viable, digno y seguro para la movilidad social ascendente. Sin embargo, ahora el subempleo, la migración -hasta la delincuencia- se presentan como alternativas de vida; estos factores están expulsando a nuestros jóvenes de las escuelas y son, además, en realidad peligrosas salidas sin retorno.
Resulta sencillo depositar en este sistema la responsabilidad por todo aquello que falla o falta desde la educación básica hasta la superior; pero es preciso reconocer que la educación es un proceso complejo e integral que implica una responsabilidad compartida, un compromiso de todos.
Ahora bien, la educación media superior y superior presenta varios y complejos desafíos. Destaca, entre ellos, el relativo a la permanencia y la continuidad de los estudiantes. ¿Qué debe de hacer México y el estado de Michoacán para que quienes inician su vida escolar alcancen al menos la licenciatura?
Si, en particular, se trata de caracterizar con la mayor seriedad el conjunto de elementos que influyen en el tránsito entre la educación media superior y la superior, es preciso considerar que:
a) Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, en México la distancia entre los ingresos del 10 por ciento de la población que más ganan, es muy grande frente a los que menos tienen. El 20 por ciento de los hogares mexicanos concentran el 55 por ciento de los ingresos nacionales.
Ante esa desigualdad, es probable que la vida educativa de la mayoría de los mexicanos se desarrolle en condiciones adversas. El paso de la educación media superior a la superior es un tránsito que se desarrolla en la post adolescencia. En un altísimo porcentaje, los jóvenes terminan la educación media superior, sin tener claro un proyecto de vida, enfrentando problemas económicos y situaciones familiares desfavorables, con deficientes hábitos de estudio y pocos referentes con el nivel de educación superior en su entorno.
b) La educación que ofrece la escuela no sustituye la premisa de que la primera y más sólida formación es la que se recibe en el hogar. Debemos tener muy presente que la familia es la gran primera educadora. Según los resultados del Foro de Padres de Familia y su papel en la formación de valores en la Educación Básica, organizado en 2011 por la Secretaría de Educación Pública, un buen entorno familiar mejora el aprendizaje.
Los niños que se desarrollan en familias disfuncionales, donde en ocasiones existe drogadicción, alcoholismo, padres ausentes, que permanecen solos todo el día y no tienen límites ni dirección presentan mayores dificultades en el aprendizaje, su desempeño es fallido, tienden a la baja autoestima, frustración o problemas de adaptación al grupo, y es en ellos más frecuente la deserción. Es fundamental trabajar con los maestros y con las madres y padres para fortalecer el entorno familiar y comunitario, como el espacio más importante donde nuestros hijos se educan.
c) El trabajo de articulación entre la educación media superior y la educación superior no es completo. Con excepción de algunos esfuerzos realizados por algunas importantes instituciones, poca es la relación y los puentes de vinculación que se han construido entre directivos, docentes, alumnos e investigadores de las instituciones de educación superior y de los subsistemas de educación media superior. Es necesario desechar la idea de la educación por tipos y niveles encapsulados, para construir una red educativa en la que el docente universitario se asuma como parte tanto de la educación básica como de la educación media superior, ayudando así a construir círculos virtuosos de corresponsabilidad, vinculación y articulación.
d) Según se aprecia en los resultados de pruebas estandarizadas nacionales e internacionales aplicadas en México, los niños y niñas egresan relativamente bien calificados de la educación primaria. Es en la secundaria cuando la deserción se agudiza y los adolescentes se gradúan con serias limitaciones, escasa comprensión lectora, dificultades para manejar conceptos abstractos y científicos, así como limitadas habilidades matemáticas. Los resultados poco alentadores se reproducen igual en escuelas públicas y privadas del país.
e) El porcentaje de alumnos calificados como buenos o excelentes en las pruebas estandarizadas no son atendidos por programas que permitan el seguimiento de sus logros y el estímulo para que los mantengan. Asimismo, la construcción de políticas que permitan transformar los datos de evaluaciones bajas o insuficientes en educación secundaria no ha tenido suficiente respuesta en la construcción de alternativas que nos ayuden a mejorar los resultados, a impactar.
f) Si el principal problema se encuentra en secundaria, y es en ese nivel donde mayores índices de deserción enfrentamos, es recomendable revisar las políticas que se han implementado para mantener a los alumnos en el aula. Actualmente, el Gobierno Federal dispersa en educación básica a nivel nacional más de 5 millones de becas del Programa Oportunidades. Además se entregan 100 mil becas más de otros programas, como los de madres jóvenes y jóvenes embarazadas o de aprovechamiento escolar. Muchos gobiernos estatales complementamos esos apoyos con la dotación de útiles, calzado o uniformes. Con ello, sin embargo, la deserción en secundaria aunque disminuye, sigue siendo uno de los principales problemas socioeducativos.
Los apoyos antes mencionados impactan directamente la economía familiar, pero no es el estudiante quien los recibe. Es necesario que, sin desaparecer los existentes, se diseñe un programa de apoyo financiero al estudiante de secundaria, que incentive directamente al estudiante de educación secundaria a no abandonar sus estudios: Una beca que no se entregue en el momento, sino que constituya un fondo de ahorro, que comience a depositarse cuando inicie su secundaria, pero sólo pueda entregársele cuando ingrese y acredite el primer año de educación media superior. Si deserta, lo pierde, pero si concluye, recibirá el apoyo.
g) Una propuesta como ésta debe desarrollarse junto con un amplio programa de acompañamiento realizado por una red multidisciplinaria de colectivos pedagógicos, integrada por docentes, médicos, psicólogos, pedagogos y otros profesionistas, que promueva en la comunidad escolar, en los hogares y en los alumnos, su permanencia en la vida escolar.
Estos colectivos se implementarían de modo que ofrezcan orientación educativa, identifiquen las problemáticas de cada escuela y ayuden a construir las soluciones individuales y colectivas, que permitan el mejor desarrollo de la comunidad educativa, mejoren los logros académicos de los estudiantes e identifiquen y reviertan las casusas que provocan la reprobación o la deserción.
h) En todo el país se ha promovido la reactivación de las Comisiones Estatales para la Planeación de la Educación Superior (COEPES) con la finalidad de asegurar que las instituciones de este nivel educativo; federales, estatales, autónomas y privadas se integren a los planes y procesos de desarrollo económico y social de las diversas regiones del país. No obstante, la oferta pública y privada de licenciaturas en muchos casos responde más a la demanda de carreras tradicionales que a las necesidades nacionales, estatales y regionales de profesionistas con oportunidades de desarrollo profesional más versátiles, de modo que tenemos una alta oferta y demanda pública y privada para estudiar derecho, medicina o docencia y mucho menor para estudiar ingeniería agrícola o ciencias del mar.
Desde luego son muchos los factores que contribuyen a hacer difícil una tersa transición de la educación media superior a la superior. Los anteriores, son sólo referentes de algunas de las causas que pueden estar determinando el comportamiento de los indicadores educativos.
Es nuestro deber como generación, identificarlos todos y establecer las bases para comenzar a caminar la cuesta arriba. México y Michoacán tienen todo lo necesario para ser ejemplares en materia educativa. Lo importante hoy, es reconocer nuestro compromiso a largo plazo. Estar conscientes de que no hemos de cosechar los resultados, pero que somos los responsables de dejar sembrada la semilla.
DECÁLOGO DE OPORTUNIDADES
En el ánimo de contribuir a la conformación de la agenda de políticas de largo plazo, queremos proponer algunos ejes que, en los hechos, en alguna medida forman ya parte del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, del Plan de Desarrollo Integral del Estado de Michoacán 2012-2015 y del Programa Sectorial de Educación y Cultura, Tomo I, Educación.
Difícilmente podremos aspirar a mayores logros educativos a largo plazo si no ponemos atención urgente a los problemas y desafíos aquí expresados, por lo que se propone considerar, al menos, diez oportunidades:
PRIMERA: Establecer mecanismos de articulación entre las instituciones de educación media superior y superior autónomas, de sostenimiento estatal, federal o particular, para desarrollar vínculos, construir sinergias y desarrollar esfuerzos conjuntos para el intercambio de experiencias, la construcción de rutas comunes y de mecanismos de planeación colegiada de estrategias y de contenidos educativos.
SEGUNDA: Desarrollar esfuerzos de coordinación entre autoridades, investigadores y docentes de educación media superior y superior, que propicien el intercambio de información y la construcción de canales de comunicación entre los distintos tipos, niveles y modalidades educativas.
TERCERA: Una buena parte de los estudiantes de secundaria desertan antes de terminar este nivel, por lo que es importante impedir el incremento del rezago educativo evitando que los estudiantes regulares, especialmente en secundaria, abandonen las aulas, con estrategias que contribuyan a disminuir la deserción y a incrementar la cobertura en educación media superior. Es conveniente mejorar, como se planteó antes, los esquemas de becas y de acompañamiento pedagógico en los centros educativos.
CUARTA: Fortalecer, en los términos de la reforma a los artículos 3° y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el sistema nacional de formación, actualización, capacitación y superación profesional para maestros, en el marco de la creación de un servicio profesional docente, en el que los profesores del nivel medio superior se mantengan en comunicación con los de educación superior para la construcción permanente de sistemas de actualización y capacitación.
QUINTA: Desarrollar para los egresados de educación media superior, alternativas de formación propedéutica en educación superior que les permita conocer los modelos y desarrollar las aptitudes para continuar con su formación.
SEXTA. Conforme a la reforma de febrero de 2012 al artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la educación media superior es obligatoria. Es conveniente en este sentido, desarrollar en los tres órdenes de gobierno el trabajo para el progresivo cumplimiento de este derecho constitucional. Destinar los recursos financieros, materiales y humanos necesarios para cumplir las metas, revisar los pari passu, establecer rutas que hagan posible el cumplimiento de nuestros objetivos.
SÉPTIMA. Impulsar la capacitación y la certificación de docentes y directivos de educación media superior en el enfoque por competencias e incrementar la Certificación de Docentes en Competencias para la Educación Media Superior.
OCTAVA. Consolidar la vinculación entre los diferentes subsistemas de educación media superior y los sectores productivos y sociales de las regiones, para mejorar las condiciones de infraestructura, equipamiento y ámbito escolar y para alinear los criterios de portabilidad dentro de un marco curricular común, facilitando de esta manera el libre tránsito de alumnos y el mejor aprovechamiento escolar del educando.
NOVENA: Revisar y replantear la formación docente, fortaleciendo la creación de cuerpos académicos en las instituciones que se forman, incentivando la profesionalización del personal docente y vinculando a las universidades, institutos tecnológicos e instituciones de investigación con la educación normal y demás instituciones de formación de profesionales de la educación.
DÉCIMA: Fortalecer las Comisiones Estatales de Planeación de la Educación Superior como organismos consultores de la educación normal, universitaria, tecnológica o de posgrado, con orientaciones estatales, regionales y nacionales.
**********